Las manos del abogado.
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Los
abogados debemos poner especial atención y cuidado a nuestros gestos manuales,
pues nuestros interlocutores les asignan significados universalmente aceptados
con independencia de la cultura en que nos encontremos.
Y ello es así, ya que los ademanes o
movimientos que realizamos con las manos tienen como principal
función complementar nuestra conversación, ilustrando y subrayando lo que
estamos diciendo. Por lo tanto, el movimiento de las manos tiene una función
enfática y descriptiva, subordinado al mensaje oral. De esta
forma nuestra conversación adquiere mayor solidez y fuerza para la transmisión
del mensaje.
En
tal sentido, vamos a poner nuestro granito de arena y en este post nos
centraremos en el empleo de las manos del abogado durante la visita o consulta
del cliente, fase de suma importancia, pues nuestra actuación durante este tipo
de reuniones está directamente relacionada con los procesos de captación y
fidelización del cliente.
Para
ello, hemos de partir de la base que en estos casos el contacto con el cliente
es muy cercano, ya que estamos sentados
a una distancia aproximada de 1 o 1,5 metros, lo que implica que el cliente
está empleando sus cinco sentidos (especialmente la visión) en percibir y
evaluar todo lo que transmitimos a través de nuestro lenguaje verbal y no
verbal. También hemos de considerar la circunstancia de que
estaremos sentados, exponiendo a la visión del cliente solamente la parte
superior de nuestro cuerpo, pues la parte inferior quedará oculta tras y debajo
de la mesa.
Unido
a lo anterior, hemos de recordar que cuando el cliente se aproxima al abogado,
aquel se encuentra en una situación de dependencia respecto a éste, quien se
supone dispone de los conocimientos y capacidades para resolver el problema del
cliente. Por lo tanto, durante la consulta el abogado debe
transmitir seguridad, confianza y tranquilidad.
Dicho
esto ¿Cuáles son
las reglas más importantes para el uso de las manos durante la consulta?
Vamos con ello:
1ª.- No realizar gesto alguno que
transmite
falta de interés.
2º.- Manos abiertas:
- Colocar las manos abiertas formando
ángulo de 90 º realizando un corto pero enérgico movimiento de arriba abajo
transmite seguridad y experiencia sobre la materia que estamos tratando.
-
Colocar las manos abiertas pero con las palmas hacia abajo transmite seguridad
en lo que estamos diciendo.
-
Colocar las manos abiertas con las palmas hacía arriba formando ángulo de 45 º
transmiten sinceridad y honestidad respecto de la materia tratada.
-
Colocar las manos abiertas hacía arriba significa que estamos pidiendo algo a
nuestro interlocutor o incluso perdón por algo.
3º.- Manos cerradas.
- Colocar las manos entrelazadas
implica autoridad y seguridad.
-
Cerrar los puños o un puño y acariciarlo con la otra mano puede considerarse
como signo de incomodidad, enojo, ira o cierto nerviosismo.
4º.- Otros movimientos.
- Si cruzamos los brazos estamos
poniendo una barrera con el interlocutor que viene a significar que no estamos
de acuerdo con lo que está planteando o no estamos cómodos con el cliente
(mucho cuidado con ese gesto).
-
Tocarse la cara, el pelo, la oreja o el cuello nos hace parecer nerviosos o
vacilantes.
-
Juguetear con algún objeto puede considerarse una falta de cortesía y
distracción.
-
Realizar gestos que rompan la línea del cuerpo (abrir las manos exageradamente)
se asocia a pérdida de control.
-Golpear
ligeramente la mesa con los dedos implica impaciencia.
-
Manos o dedos en la mejilla, se asocian con que estamos evaluando algo de lo
que se está debatiendo.
A la vista de este elenco de
movimientos y sus significados, ya disponemos de una valiosa información para
observarnos y aprender las técnicas asociadas, de modo que así podremos ganar
en coherencia (pues un gesto inapropiado va a conllevar necesariamente a la
incongruencia de nuestro mensaje) e igualmente, nos ayudará a
dominar la habilidad de conocer con más profundidad el mensaje que se está
transmitiendo por nuestro interlocutor (el cliente también habla con las
manos).
Para concluir este apartado, señalar
que las manos nunca deben dejarse a su aire, ajenas a lo que se transmite,
debiendo siempre evitarse los gestos bruscos, lo que no limita el empleo de
gestos enérgicos.
Un gran aporte del Dr. OSCAR FERNANDEZ LEON
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