PRESENTACIÓN Fue como si se les hubiera contratado a plazo fijo. De pronto sus riñones y, luego, paulatinamente, sus demás órganos vitales, dejaron de funcionar. No pudo ya eliminar líquidos. Los períodos de sueño se hicieron más prolongados; no comía nada. Dejaron de alimentarle con sonda, nada asimilaba, nada eliminaba,estaba sometido a diálisis en el Hospital Vargas de Caracas. Cuando lo vi por última vez, era yo apenas un cadete de la Escuela Naval de Venezuela; los médicos habían decidido practicarle una traqueotomía para “alimentarle” por la fuerza, mientras sus manos y pies permanecían amarrados a la cama, en tanto se retorcía de dolor. En un momento que abrió sus ojitos, me reconoció y me dijo: “Dígales a todos que me dejen morir. Ahí está papá y me pide que me vaya con él”. Estoy convencido que la figura de mi abuelo, muerto 39 años atrás, estaba en la puerta de la habitación y le pedía que l...