Son tan fríos y seguros de lo que hacen, que muchas veces ni se toman la molestia de ocultar su rostro. Matan por cualquier puñado de dinero, consideran su actividad un trabajo y procuran ejecutarlo rápido y limpio. Entró a un bar, se cercioró de que dispararía a la víctima correcta, sacó su arma con silenciador, pegó tres tiros y huyó tranquilamente. La única sorpresa que sufrió el matón, el pasado 28 de enero, en el barrio bogotano de Suba, fue que le persiguiera el hermano del hombre al que acababa de matar. Rara vez lo hacen por miedo a correr la misma suerte.
En el caso que solo se conoció el pasado miércoles 05 de enero 14, Fredy Alexander Cortés quiso atrapar a quien segundos antes había segado la vida de su hermano, Edison. Por su arrojo, recibió un disparo en el abdomen que le dejó malherido. El sicario escapó.
El fallecido era ingeniero eléctrico, al igual que su hermano. Ambos trabajaban con su padre haciendo instalaciones por diversas localidades del país. Se desconocen las causas del crimen, pero, como es habitual en estos casos, la Policía salió enseguida a presumir que se trata "de un ajuste de cuentas", razón que equivale a cerrar el caso, a establecer que la víctima estaba en negocios oscuros y de alguna manera mereció su suerte.
La madre de los chicos salió enseguida en su defensa. Aseguró que su familia nada tiene que ver con delincuencia y que sus hijos han trabajado siempre de manera correcta en la empresa de su padre.
¿Por qué lo mataron? Rara vez se conocen las causas, la inmensa mayoría de los asesinatos por encargo quedan en la impunidad.
La profesión de matar
Este Portal conoce a dos sicarios en activo, uno joven y el otro roza los cuarenta años. El primero casi siempre ha matado en Coro y está enganchado a las drogas. El segundo, en Valencia y Caracas, y jamás prueba ninguna sustancia adictiva para estar siempre con los cinco sentidos alerta. No sólo le persiguen las autoridades, también gentes de los bajos mundos.
El sicariato (al igual que el secuestro y la extorsión-son como hermanos gemelos-) es una profesión que se ejerce en muchas regiones de Venezuela, si bien hay ciudades donde más proliferan, como Falcón, Caracas, Valencia, Barquisimeto, San Cristobal. Uno de los más famosos, "Tomasito", está a punto de salir de un centro de reclusión del país por pena cumplida. Sólo habrá pasado 20 años en la cárcel por cientos de asesinatos.
Al igual que otros asesinos a sueldo, "Tomasito" tiene sus propias reglas. Él, por ejemplo, asegura que jamás mató a un cura porque es "muy rezandero", ni niños, aunque a veces caían por estar en medio.
Los sicarios aprenden de niños o adolescentes el oficio. Una condición necesaria es estar convencido de que se trata de una actividad como otra cualquiera, que el ser humano que toca matar no es más que un objetivo por el que se recibe un dinero. La sangre fría es más importante que la puntería, porque disparan casi siempre a "próximo a contacto" (60 cm entre el tubo del cañón del arma y la región anatómica comprometida), así que basta con saber utilizar el arma pero, sobre todo, mantener la calma pase lo que pase.
Al Fulanito (testigo) lo atraparán tarde o temprano, porque su cara quedó grabada y alguien de su entorno lo entregará a cambio de una recompensa. Son contadas las ocasiones en que la ciudadanía colabora por civismo. Una denuncia como testigo contra un sicario puede ser una sentencia de muerte.
La madre de los Cortés pedía justicia para su hijo. Esta vez casi seguro que la consiga por la nitidez de la grabación. Si no lo capturan tal vez lo manda asesinar el mismo que le pagó. Dado la relevancia que ha tomado el caso por las imágenes, puede temer que le detengan y tiren del hilo hasta llegar hasta él. Es algo muy común y en ese mundo truculento todo es posible.
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