Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes
(Gaceta Oficial N° 6.185 del 8 de
junio de 2015)
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ASAMBLEA NACIONAL
Caracas-Venezuela
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE
NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, conforme al principio de progresividad y sin
discriminación alguna, consagra
el goce y ejercicio irrenunciable de los Derechos Humanos. En materia legislativa dicho principio se traduce en que toda reforma o modificación en las normas vigentes debe apegarse al fortalecimiento de los derechos y a facilitar los mecanismos de acceso y goce de los mismos.
el goce y ejercicio irrenunciable de los Derechos Humanos. En materia legislativa dicho principio se traduce en que toda reforma o modificación en las normas vigentes debe apegarse al fortalecimiento de los derechos y a facilitar los mecanismos de acceso y goce de los mismos.
En este sentido, la Ley Orgánica de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA), surge de los tratados
ratificados por la República Bolivariana de Venezuela siendo la más importante
la Convención sobre los Derechos del Niño, instrumento internacional especial
que regula lo atinente a los Derechos Humanos de Niños, Niñas y Adolescentes.
I- Antecedentes.
La Doctrina de la Protección Integral
y el nuevo Derecho para el Niño y el Adolescente, como lo define la Exposición
de Motivos de 1998, hace referencia a un conjunto de instrumentos jurídicos
internacionales que constituyen su marco referencial. Tiene su antecedente
directo en la "Declaración Universal de los Derechos del Niño" y se
condensa en seis instrumentos básicos, a saber: la Convención Internacional de
los Derechos del Niño, las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la
Administración de la Justicia Juvenil (Reglas de Beijing), las Reglas Mínimas
de las Naciones unidas para Jóvenes Privados de Libertad, las Directrices de
las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia Juvenil (Directores
de Kyadh), el Convenio sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo (Convenio
CI38) y la recomendación N° 146 de la Organización Internacional del Trabajo
concerniente a la lucha contra el trabajo infantil y la Carta de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) sobre la educación para todos.
La Ley Orgánica para la Protección
del Niño y del Adolescente sancionada en el año 1998, entra en vigencia en el
2000, reconociendo sin discriminación alguna a todos los niños, niñas y
adolescentes como sujetos plenos de derechos y deberes, atendiendo a los
principios de Prioridad Absoluta e Interés Superior.
En el año 2007, la Ley es objeto de
reforma parcial, con el propósito de adecuarla a la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), que reconoce la jerarquía
constitucional de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Para el año 2014, surge la necesidad
de abordar los aspectos referentes al Sistema Penal de Responsabilidad del
Adolescente, teniendo como objetivo el Fortalecimiento de Derechos y Garantías
del Adolescente, atendiendo a una política de intervención penal con carácter
esencialmente garantista, según la cual el estado debe tratar a los y las
adolescentes de manera acorde a su desarrollo evolutivo, con respeto a su
dignidad y con propósitos socioeducativos.
II. Consideraciones sobre Técnica
Legislativa
Con el objeto de facilitar el trabajo
de los integrantes del Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de
Niños, Niñas y Adolescentes, y su uso por parte de los ciudadanos y ciudadanas,
en general, y por su vigencia que data desde el año 1998, las personas se han acostumbrado
al orden y la ubicación de las normas jurídicas que, además, han servido de
base para la bibliografía, manuales de organización y procedimientos, formatos
y formularios, así como de sistemas informáticos, es por ello que se mantiene
la estructura y la enumeración de los artículos de la Ley de 1998, toda vez que
la Ley tiene quince años de vigencia.
Por ello, se optó por incorporar los
nuevos artículos contemplados en la reforma con una letra a continuación de su
número, siguiendo la técnica utilizada en la reforma del Código Civil en 1982.
Así mismo, fue necesario que algunas normas fueran un poco más largas de lo que
normalmente es aconsejable, o suprimir el contenido de ciertos artículos,
conservando su número seguido de la palabra "Derogado". A pesar que
estas decisiones no suelen ser las más ortodoxas en técnica legislativa, existe
la plena seguridad que ellas contribuían a facilitar el acceso práctico de
todas las personas al contenido de la Ley y su aplicación.
III.- Contenido
En cuanto a la estructura, la
presente Ley está dividida en seis Títulos, éstos en Capítulos y la gran
mayoría de los últimos en Secciones. El contenido de cada Título se desprende
claramente de su denominación. Así, el Título I contiene las Disposiciones
Directivas aplicables a toda ley; el Título II define los Derechos, Garantías y
Deberes de Niños. Niñas y Adolescentes, el título III define y norma la
actuación del Sistema de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes; el Título
IV contiene las Disposiciones relativas a las instituciones familiares, en
cuanto están referidas a niños, niñas y adolescentes; el Título V construye el
Sistema Penal de Responsabilidad de los y las Adolescentes y, por último, el
Título VI contiene las Disposiciones Adicionales, finales y Transitorias de la
Ley.
El contenido de la Ley puede
dividirse, exclusivamente a fines didácticos, en los grandes Sistemas; el
Sistema de Protección Integral del Niños, Niñas y Adolescentes, propiamente
dicho, consagrado en el Título III, desde el artículo 117 hasta el artículo
344, ambos inclusive; y por otro el Sistema Penal de Responsabilidad de los y
las Adolescentes, desarrollado en el Título V, desde el artículo 526 hasta el
artículo 671, ambos inclusive, que cada uno tiene su objetivo particular,
diferentes integrantes y funciona con su propia lógica.
La reforma parcial (2007) contempló
los principios fundamentales de la Doctrina de la Protección Integral de Niños,
Niñas y Adolescentes, a saber:
• Los niños, niñas y adolescentes
como sujetos plenos de Derecho y, como ciudadanos y ciudadanas.
• El interés superior.
• La prioridad absoluta.
• El papel fundamental y prioritario
de las familias, en la vida de los niños, niñas y adolescente.
• La corresponsabilidad del Estado,
de las familias y de la sociedad, en la protección integral de la infancia y la
adolescencia.
Se desarrolla en tres grandes áreas,
a saber, aquellas modificaciones relacionadas con las instituciones familiares
y los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, las dirigidas al Sistema
de Protección Integral y, finalmente, las referidas a la materia procesal y al
del Sistema de Justicia.
1. Sistema de Protección Integral
1.1- Reformas en materia de
institución familiares y derechos humanos de niños, niñas y adolescentes. El
artículo 75 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
reconoce la importancia de las familias en el desarrollo integral de todas las
personas y, muy especialmente, de los niños, niñas y adolescentes, con base a
esta norma, que desarrolla a la perfección el principio del rol o papel
fundamental de las familias en la crianza de niños, niñas y adolescentes,
contemplado en la Convención Sobre Derechos del Niño y para hacer más efectivo
este principio y derecho humano de la infancia la reforma parcial (2007)
incluyó en el artículo 26 de la Ley de 1998, referido al Derecho a una familia,
garantizar que los niños, niñas y adolescentes vivan y se desarrollen en el
seno de su familia de origen y, sobre todo, que no sean separados de ella de
forma injusta o arbitraria. Por ello, se indica que dicha separación sólo
procede de forma excepcional cuando sea estrictamente necesaria para preservar
su interés superior, mediante la aplicación de una medida de protección dictada
por la autoridad competente y de conformidad con los requisitos y
procedimientos previstos en la ley. Resalta la reforma parcial la prohibición
expresa de la separación de niños, niñas o adolescentes de su familia de origen
por motivos de pobreza u otros supuestos de exclusión social, así como la
obligación del Estado de realizar todas las acciones dirigidas a lograr su
integración u reintegración familiar cuando se encuentre separados de su
familia de origen nuclear o ampliada.
Se incluyó como un nuevo Derecho
Humano, el de Derecho al Buen Trato, el cual comprenda una crianza y educación
no violenta, basada en el amor, al afecto, la comprensión mutua, el respeto
recíproco y la solidaridad. Para asegurar su efectividad se establece la
obligación de los padres, madres, representantes, responsables, tutores,
tutoras, familiares, educadores y educadoras, de emplear métodos no violentos
en la crianza, formación, educación y corrección de niños, niñas y
adolescentes, así como la prohibición expresa de cualquier tipo de castigo
físico o humillante. Con esta nueva regulación se pretende continuar avanzando
en la abolición de cualquier tipo de maltrato en contra de los niños, niñas y
adolescentes, construyendo las bases jurídicas de una nueva sociedad amante de
la paz.
Se incorporan un conjunto de reformas
dirigidas a adecuar los deberes y derechos de los padres y madres, en relación
con sus hijos e hijas, a la nueva condición de niños, niñas y adolescentes como
sujetos de Derecho, que ejercen la ciudadanía y, especialmente, a los
principios de igualdad de género, igualdad de los hombres y mujeres, así como a
las nuevas regulaciones constitucionales sobre las uniones estables de hecho, a
tenor de lo previsto en los artículos 76 y 77 de la Carta Magna.
Se modifican los nombres o
denominaciones de dos instituciones familiares, el término de la
"guarda" por el de "responsabilidad de crianza" que,
además, comprende el deber y el derecho, del padre y la madre, de amar, criar,
formar, educar, custodiar, vigilar, mantener y asistir materialmente a sus
hijos e hijas. Adicionalmente, se sustituye el nombre de "régimen de
visitas" por el de "régimen de convivencia familiar", el cual
sin dudas se ajusta más al verdadero contenido de esta institución, a saber,
las relaciones personales y el contacto directo, de forma regular y permanente
entre los niños, niñas y adolescentes con su padre, madre, familiares o
personas significativas durante su crianza. Con ello se persigue, subrayar la
importancia de las relaciones de cercanía y proximidad de los niños, niñas y
adolescentes con sus personas queridas, las cuales no deben considerarse como
simples "visitas", palabra que se vincula más con la idea de personas
ajenas a su familia, hogar o cotidianidad, más allá de las separaciones
permanentes o eventuales que pudieren existir entre las personas adultas
presentes en sus vidas.
Por otra parte, se establece la
absoluta igualdad del hombre y la mujer en la responsabilidad de crianza,
instituyendo su ejercicio compartido e irrenunciable, inclusive en caso de
separación o disolución del vínculo matrimonial del padre y de la madre. En
este mismo sentido, se prevé la posibilidad que el padre y la madre separados
acuerden un régimen de convivencia familiar compartida de sus hijos o hijas.
Igualmente, se establecen importantes modificaciones en relación con la
atribución de la custodia de los hijos e hijas con menos de siete años de edad,
cuando existe separación de su padre y madre, en aras de reconocer el papel
cada vez más activo de los padres en el cuido de los niños y niñas de corta
edad, así como de privilegiar como criterio de decisión judicial el interés
superior en cada caso en particular.
Finalmente, se equipara en distintas
materias los efectos del matrimonio y de las uniones estables de hecho, que
cumplan con los requisitos previstos en la Ley, tales como en patria potestad y
adopciones. Con ello se avanza en las reformas necesarias para adecuar la
legislación nacional, tradicionalmente discriminatoria hacia las parejas y
uniones no matrimoniales, al contenido del artículo 77 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, que reconoce la igualdad de estas
instituciones y, sobre todo, la libertad de las personas para escoger y decidir
cómo desean formar sus familias.
1.2.- Reformas referidas al Sistema
Rector Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes. La
Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes se fundamenta en la propuesta presentada por el ministerio del
Poder Popular con competencia en materia de comunas y protección social
dirigida a crear el nuevo Sistema Rector Nacional para la Protección Integral
de Niños, Niñas y Adolescentes y, fundamentalmente, se orienta a fortalecer la
responsabilidad del Estado en la garantía de los derechos humanos de la
infancia y adolescencia, la cual fue acogida en su totalidad con algunas
modificaciones. Las transformaciones más importantes que tiene la propuesta
ministerial versan sobre los Consejos de Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes, con el objeto de mejorar la formulación, ejecución y control de
las políticas públicas en esta materia, mientras que las regulaciones del resto
de los integrantes del Sistema se mantienen igual, pero con pequeñas
modificaciones, las cuales tienen por finalidad hacer más eficiente y efectivo
el ejercicio de sus atribuciones y competencias.
De conformidad con el artículo 78 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se establece la
creación del Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de Niños,
Niñas y Adolescentes, cuya autoridad rectora es el ministerio del Poder Popular
con competencia en materia de comunas y protección social. Esta regulación
permite ajustar la Ley al mandato constitucional, al tiempo que preserva la
atención diferenciada de víctimas y victimarios, como principio fundamental de
la Convención sobre Derechos del Niño y la Doctrina de la Protección Integral.
Así, las reformas se centran exclusivamente en el Sistema de Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes. La Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica para
la Protección del Niño y del Adolescente fortalece el Consejo Nacional de
Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, a los fines de consolidar la
responsabilidad indeclinable que tiene el Estado de garantizar, el ejercicio y
el disfrute de los derechos humanos de todos los niños, niñas y adolescentes,
así como para mejorar su eficiencia y eficacia, como ente de gestión de las
políticas públicas en esta materia. Desde esta perspectiva, se define con
precisión su naturaleza jurídica, como un instituto autónomo con personalidad
jurídica y patrimonio propio, cuya máxima autoridad ejecutiva es designado o
designada, directamente, por el Presidente o Presidenta de la República.
Asimismo, se establece la creación de una Junta Directiva integrada por el
Presidente o Presidenta del Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes, un o una representante del ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de comunas y protección social, un o una representante
del ministerio del Poder Popular con competencia en materia de educación, un o
una representante del ministerio del Poder Popular con competencia en materia
de salud, un o una representante del ministerio del Poder Popular con
competencia en materia para el proceso social del trabajo y tres representantes
elegidos o elegidas por los consejos comunales, de conformidad con lo
establecido en el Reglamento de la Ley. Esta Junta Directiva de carácter
intersectorial ejerce las atribuciones fundamentales de dirección estratégica
del Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, de espacio de
coordinación interministerial, así como de supervisión, control y seguimiento
de su gestión. Por otra parte, siguiendo los lineamientos de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, se suprimen los Consejos Estadales de
Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, en aras de fortalecer al Poder Público
Municipal como el nivel político territorial con mayores responsabilidades en
materia de servicios de protección integral de la infancia y adolescencia, en
perfecta armonía con el ordinal 5 del artículo 178 de la Carta Magna. A tal
efecto, se mantienen los Consejos Municipales de Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes, conservando y ampliando las competencias que tienen en la Ley de
1998, pero incorporando algunas modificaciones en su organización interna y
funcionamiento.
En este sentido, se fortalece la
figura del Presidente o Presidenta del Consejo Nacional de Derechos de Niños,
Niñas y Adolescentes, que será de libre nombramiento y remoción del alcalde o
alcaldesa, al tiempo que se crea una Junta Directiva, integrada por el
Presidente o Presidenta del Consejo, cuatro representantes del Alcalde o de la
Alcaldesa y tres representantes elegidos o elegidas por los consejos comunales,
de conformidad con lo establecido en el reglamento de la ley. En este mismo
sentido, se apuntalan los Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes,
precisando su adscripción orgánica, administrativa y presupuestaria a las
respectivas alcaldías, reafirmando la condición de funcionarios públicos y
funcionarias públicas de carrera de sus integrantes, protegiendo sus derechos
laborales, estableciendo la obligación del Poder Ejecutivo Municipal de
dotarlos adecuadamente y, creando equipos multidisciplinarios para el ejercicio
de sus funciones. Desde esta misma perspectiva, se incluye la obligación de
crear al menos una Defensora de Niños, Niñas y Adolescentes en cada alcaldía,
como servicio de atención primaria en materia de Protección de los Derechos
Humanos de la Infancia y Adolescencia. Finalmente, la Ley de Reforma Parcial de
la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes desarrolla y
promueve la participación ciudadana, en armonía con el artículo 62 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el artículo 6 de la
Ley. Igualmente, se incluyen expresamente a los consejos comunales y los
Comités de Protección Social, como organizaciones sociales, a través de las
cuales se expresa la participación protagónica del Poder Popular en la
formulación, ejecución y control de la gestión pública.
Sobre este particular, es importante
resaltar la obligación establecida al órgano rector para que, a través del
Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, realice una
consulta pública anual donde se formulen propuestas sobre las políticas y
planes para la protección integral de niños, niñas y adolescentes, así como para
la elaboración del proyecto de presupuesto anual. Así mismo, se prevé que
deberá presentar anualmente ante la asamblea de ciudadanos y ciudadanas, en el
mes de enero de cada año, un informe detallado y preciso de la gestión
realizada en el curso del año anterior, al tiempo que se contempla que el
Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, estará en la
obligación de presentar a consulta pública y ante asamblea de ciudadanos y
ciudadanas, los proyectos de lineamientos generales y directrices generales del
Sistema Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes.
1.3- Reformas referidas a la materia
procesal y al Sistema de Justicia. La Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y del Adolescentes incluye, con ligeras
modificaciones, la propuesta de reforma procesal presentada por el Tribunal
Supremo de Justicia ante la Asamblea Nacional, cuyo objeto es garantizar el
Derecho a la Tutela Judicial efectiva y al Debido Proceso de Niños, Niñas y
Adolescentes, con fundamento en el nuevo ordenamiento jurídico constitucional
en materia procesal y sobre el Sistema de Justicia. Desde esta perspectiva, se
desarrollan un conjunto de principios novedosos contemplados en la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, especialmente los previstos en su
artículo 257.
La Ley Orgánica para la Protección
del Niño y del Adolescente de 1998 no era ajena a esta antigua visión de lo
procesal, a pesar de que introdujo innovaciones importantes a los procesos en
materia de protección integral de niños, niñas y adolescentes e instituciones
familiares, mantuvo muchos de los principios que tradicionalmente habían
caracterizado nuestra legislación adjetiva. Así, junto a la creación del
procedimiento judicial de protección y del procedimiento contencioso en asuntos
de familia y patrimoniales, de naturaleza eminentemente oral, concentrado y con
inmediación, mantuvo procedimientos especiales escritos, como el de alimentos y
guarda, o el de visitas, al tiempo que conservó la aplicación de una amplísima
gama de procedimientos especiales escritos del Código de Procedimiento Civil y
del Código Civil. Por estos motivos, resultaba imprescindible adecuar los
aspectos adjetivos de esta Ley a los nuevos principios del proceso y del
Sistema de Justicia contemplados en la Carta Magna.
Desde esta perspectiva, la reforma
parcial en materia procesal se guió por seis principios rectores de especial
relevancia, que constituyen uno orientación fundamental para la adecuada
interpretación y aplicación de las normas. Estos principios son:
• Fortalecimiento de la oralidad: que
implica el predominio de la oralidad sobre la escritura, la concentración y la
inmediación en el procedimiento.
• Proceso por audiencias.
• Uniformidad de procedimientos:
creando tres procedimientos, uno ordinario para todos los asuntos de carácter
contencioso, otro para todos los asuntos de carácter no contencioso y uno para
adopción.
• Fortalecimiento de los medios
alternativos de resolución de conflictos: ordenando al juez o jueza su
promoción y creando una oportunidad procesal, dirigida exclusivamente a la
mediación, de comparecencia obligatoria y previa a la fase de juicio, salvo en
los casos en los cuales por la naturaleza de la pretensión no es posible la
mediación.
• Redefinición de las funciones
judiciales: manteniendo y promoviendo la desjudicialización de conflictos de
índole social y de asuntos ajenos a la función jurisdiccional.
• Modernización de la organización
del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes: creando los
circuitos judiciales en esta materia y otorgándole prioridad a la función
jurisdiccional en la labor del juez o jueza.
1.3.1. De los principios en los
nuevos procedimientos.
El artículo 450 de la Ley Orgánica
para la Protección del Niño y del Adolescente de 1998 se reforma estableciendo
una nueva lista, de carácter enunciativa, de los principios que rigen los
nuevos procedimientos. En ella se indica y se explica el contenido de los
principios procesales más relevantes desde la perspectiva de la reforma, muchos
de los cuales ya se encontraban contemplados en la Ley pero sin delimitar su
contenido y alcance. Así, se prevé como principios rectores: la oralidad; la
inmediación; la concentración; la uniformidad; la promoción de los medios
alternativos de solución de conflictos; la publicidad; la simplificación; la
iniciativa y límites de decisión del juez o jueza; la dirección e impulso del
proceso por el juez o jueza; la primacía de la realidad; la libertad
probatoria, la lealtad y probidad procesal, la notificación única; y, la
defensa técnica gratuita. De estos principios, merecen una especial
consideración los de uniformidad, publicidad y la notificación única. El
principio de la uniformidad indica que los asuntos contenciosos, no
contenciosos y de adopción en materia de niños, niñas y adolescentes se
tramitarán y decidirán conforme a los procedimientos contemplados en Ley de
Reforma Parcial de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes. En consecuencia, los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes deben circunscribirse única y exclusivamente a los tres
procedimientos previstos en esta reforma, debiendo abstenerse de aplicar otros
procedimientos para conocer los casos referidos a niños, niñas y adolescentes,
particularmente si en una ley sustantiva o adjetiva se prevé un procedimiento
especial y distinto para ello, tal y como ocurre en el Código Civil y el Código
de Procedimiento Civil, que no obedecen al principio de la uniformidad.
El principio de publicidad constituye
una de las garantías fundamentales del Derecho al Debido Proceso, pues además
de permitir a las Partes el ejercicio de su defensa, hace más transparente la
actuación del Sistema de Justicia, permitiendo la contraloría social del pueblo
sobre el accionar de los jueces y juezas. Sin embargo, en materia de niños,
niñas y adolescentes pueden establecerse ciertas limitaciones para garantizar
sus derechos y desarrollo integral. Así, se prevé, en primer lugar, que las
audiencias serán públicas, salvo en dos casos: cuando la ley así lo establezca;
o, si a criterio del juez o jueza es necesario proceder a puertas cerradas
total o parcialmente, para garantizar la seguridad, la moralidad o la
protección de la personalidad de alguna de las Partes o de alguna persona
notificada para participar en el proceso. En segundo lugar, se establece
expresamente el carácter público del expediente, salvo los casos expresa y
excepcionalmente previstos en la Ley, como el referido a adopciones.
El principio de Notificación única es
una garantía dirigida a asegurar la celeridad y brevedad del proceso, que
constituye una de las características esenciales de los Derechos a la Tutela
Judicial efectiva y al Debido Proceso. Su objeto es evitar las dilaciones
generadas por notificaciones innecesarias, muchas veces empleadas como
estrategias procesales desleales dirigidas a demorar el trámite del proceso
Así, se establece que una vez realizada la notificación del demandado, las
Partes quedan a Derecho, y no habrá necesidad de nueva notificación para ningún
otro acto del proceso, salvo los casos expresamente señalados en esta Ley. La
consecuencia natural de este principio, es la exigencia de una mayor diligencia
por parte del tribunal y de quienes ejercen la abogacía, pues una vez iniciado
el proceso éste continuará avanzando, conforme a los términos y lapsos
previstos en la Ley, salvo determinadas excepciones.
1.3.2. Del Tribunal de Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes.
La Ley de Reforma Parcial de la ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes establece la
organización de los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en
circuitos judiciales, previendo la posibilidad de crear más de un circuito
judicial en una ciudad, dependiendo de las necesidades del servicio de
justicia. Estos Tribunales estarán constituidos en Primera Instancia por jueces
y juezas de mediación y sustanciación, y jueces y juezas de juicio, en Segunda
Instancia por jueces y juezas superiores y, se contempla de forma expresa que,
los recursos de casación, de control de la legalidad y de interpretación serán
conocidos por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia.
La Dirección Ejecutiva de la
Magistratura podrá determinar en cada circuito judicial, según las necesidades
del servicio, si la ejecución corresponde a los jueces de mediación y
sustanciación, a los jueces y juezas de juicio o, si es necesario crear jueces
y juezas de ejecución en materia de protección de niños, niñas y adolescentes.
Así mismo, se contempla que podrá separar la competencia de mediación y de
sustanciación, atribuyendo a jueces y juezas de Primera Instancia del Circuito
Judicial cada una de estas atribuciones. Adicionalmente, se establece que los
equipos multidisciplinarios son órganos del Tribunal, que le prestan servicios
auxiliares de carácter independiente e imparcial, para brindar al ejercicio de
la función jurisdiccional experticia biopsicosocial legal, de forma colegiada e
interdisciplinaria. Se prevé que estos equipos estarán integrados por
profesionales de medicina psiquiátrica, de psicología, del trabajo social, del
derecho y, en las zonas en que sea necesario, de expertos interculturales
bilingües en idiomas indígenas.
Lo más importante es que se precisa
las atribuciones de los equipos multidisciplinarios de forma expresa,
delimitando el contenido y alcance de sus competencias y distingue los equipos
multidisciplinarios del Tribunal de Protección de los pertenecientes a las
Secciones de Adolescentes de los Tribunales Penales.
1.3.3.- Del Ministerio Público, de la
Defensoría del Pueblo y del Servicio Autónomo de la Defensa Pública.
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela creó la Defensoría del Pueblo y el Servicio Autónomo
de la Defensa Pública, los cuales por razones obvias no fueron incorporados ni
regulados en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente de
1998. Por este motivo, la Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica para la Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes (2007) incorpora las dos nuevas instituciones
constitucionales como integrantes del Sistema de Protección, regulando sus
competencias y ajustando las del Ministerio Público a la nueva Carta Magna.
Así, en primer lugar, se establece la creación de defensores y defensoras del
pueblo especiales en materia de protección de niños, niñas y adolescentes en
las Defensorías del Pueblo delegadas. Adicionalmente, se prevé que son estos
defensores y defensoras quienes inspeccionan las entidades de atención y los
programas de protección de niños, niñas y adolescentes, porque en su Ley se
contempla que la Defensoría del Pueblo es la que inspecciona y supervisa los
servicios públicos en general. Sobre este particular, debe indicarse que esta
atribución de inspección se confiere en la Ley de 1998 al Ministerio Público
especializado, por ello, a los fines de ajustarla a la Constitución y la nueva
Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo, fue imperativo eliminar esta
competencia de los y las Fiscales del Ministerio Público en materia de
protección de niños, niñas y adolescentes. En segundo lugar, se ordena al
Servicio Autónomo de la Defensa Pública la creación de los defensores públicos
y defensoras públicas especiales en cada localidad donde se cree un Tribunal de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. A estos defensores y defensoras se
les atribuye competencia para ejercer gratuitamente las actividades típicas de
la abogacía en favor de los usuarios y usuarios de este servicio, estableciendo
de forma expresa que pueden actuar mediante asistencia o representación. La
única limitación importante que se prevé en sus actividades es la prohibición
de actuar mediante mandato para convenir la demanda, desistir, transigir,
comprometer en árbitros, solicitar la decisión según la equidad, hacer posturas
en remates, recibir cantidades de dinero y disponer del derecho en litigio. En
estos casos, por indicación expresa sólo podrán actuar mediante asistencia.
1.3.4. Del procedimiento ordinario.
Establece un procedimiento ordinario
uniforme para tramitar y decidir todos los asuntos de naturaleza contenciosa
que sean conocidos por los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes. Este procedimiento se desarrolla en dos audiencias: preliminar y
juicio.
El procedimiento se inicia mediante
demanda, que podrá ser presentada de forma escrita u oral, caso en el cual será
reducida a un acta sucinta. Para democratizar el acceso a la justicia, se prevé
que la demanda puede ser presentada directamente por los usuarios y usuarias
del servicio, con o sin la asistencia de abogados o abogadas.
La demanda se admitirá si la misma no
fuera contraria al orden público, a la moral pública o a alguna disposición
expresa del ordenamiento jurídico. El juez o jueza deberá ejercer de Oficio el
Despacho Saneador, para lo cual admitirá la demanda y ordenará su corrección,
indicando el plazo para ello, que en ningún caso excederá de cinco días. En el
Auto de Admisión constará el emplazamiento a la parte demandada a fin de que
comparezca ante el Tribunal. Adicionalmente, el Tribunal podrá disponer todas
aquellas diligencias preliminares, providencias cautelares o decretos de
sustanciación que considere convenientes, a petición de parte o de oficio.
La reforma parcial opta por la
notificación y elimina la citación prevista en la Ley Orgánica para la
Protección del Niño y del Adolescente de 1998, con el objeto de hacer más
sencillo y expedito el proceso. Así, se regula la notificación para que brinde
seguridad jurídica a las partes, pero sin menoscabar el principio de celeridad
e impidiendo las estrategias dilatorias dirigidas a dificultar y obstaculizar
la notificación y, con ello, el desarrollo del proceso. Se establece como regla
general la notificación por boleta o la notificación electrónica, previendo
también de forma subsidiaria las notificaciones por fijación de cartel, por
correo, por publicación de cartel o edicto, la voluntaria, la tácita y la
presunta.
La audiencia preliminar consta de una
primera fase de mediación y una segunda fase de sustanciación. Esta audiencia
se celebra en la hora que se fije al efecto dentro de los dos días siguientes a
que conste en autos su notificación, mediante auto expreso del juez o jueza
dentro de un plazo no menor de cinco días ni mayor de diez, iniciándose con
ella la fase de mediación. Se prevé que esta fase no procede en aquellas
materias cuya naturaleza no la permita o se encuentre expresamente prohibida
por la Ley, tales como la adopción, la colocación familiar o en entidad de
atención y las infracciones a la protección debida, casos en los cuales el juez
o jueza deberá ordenar en el Auto de Admisión realizar directamente la fase de
sustanciación de la audiencia preliminar.
La fase de mediación de la Audiencia
Preliminar la preside y dirige el juez o jueza de mediación y sustanciación,
las Partes tienen la obligación de asistir a esta fase, estableciéndose que en
los casos de responsabilidad de crianza, obligación de manutención y régimen de
convivencia familiar se requiere la presencia personal de las mismas. Las
Partes podrán asistir con o sin la asistencia de copia naturaleza y para
facilitar la mediación, se prevé que se trata de una fase privada, a puertas
cerradas totalmente, y que las Partes no quedan afectadas en modo alguno por su
actuación durante la misma. La duración máxima de la fase de mediación de la
audiencia preliminar es de un mes, salvo acuerdo expreso de las Partes para
extender este lapso, o antes cuando el tribunal estime que es imposible lograr
un acuerdo. Los acuerdos totales o parciales tienen efecto de sentencia firme y
ejecutoriada y, como es evidente, no se homologarán cuando vulneren los
derechos de los niños, niñas o adolescentes o traten sobre asuntos en los
cuales no es posible la mediación.
Si la parte demandante no comparece
sin causa justificada a la fase de mediación de la Audiencia Preliminar se
considerará desistido el procedimiento. Este desistimiento extingue la
instancia, pero la Parte demandante no podrá volver a presentar su demanda
antes que transcurra un mes. Por el contrario, si la parte demandada no
comparece sin causa justificada, se presumirá como ciertos hasta prueba en
contrario los hechos alegados por la parte demandante, excepto en aquellas
materias en las cuales no procede la confesión ficta por su naturaleza o por
previsión de la ley.
La reforma parcial establece que
terminada la mediación, concluye esta etapa de la Audiencia Preliminar para
continuar con la fase de sustanciación. Así, la Parte demandada deberá presentar
su contestación y su escrito de pruebas dentro de los diez días hábiles
siguientes a que conste en Autos la conclusión de la fase de mediación o la
notificación de la Parte demandada cuando ella no procede. Dentro de este mismo
lapso la Parte demandante deberá presentar su escrito de pruebas.
La fase de sustanciación de la
Audiencia Preliminar se realizará el día y hora que se fije por Auto Expreso,
dentro de un plazo no menor de quince días hábiles ni mayor de veinte días
hábiles siguientes a aquél en que conste en Autos la conclusión de la Audiencia
de Mediación o del Auto de Admisión en los casos en los cuales no procede la
mediación. Esta fase de la audiencia es pública, salvo las excepciones
previstas en la Ley, la preside y dirige el juez o jueza de mediación y
sustanciación, y en ningún caso podrá exceder de tres meses.
La fase de sustanciación de la
Audiencia Preliminar es la única oportunidad procesal para que las Partes
presenten sus observaciones sobre las cuestiones formales, referidas o no a los
presupuestos del proceso, que tengan vinculación con la existencia y validez de
la relación jurídica procesal. Las observaciones de las Partes deberán
comprender todos los vicios o situaciones que pudieran existir, so pena de no
poder hacerlos valer posteriormente, y el juez o jueza deberá decidir en la
misma audiencia todo lo conducente. Así mismo, en esta fase de la Audiencia
Preliminar el juez o jueza revisará con las Partes los medios de prueba y
decidirá cuáles medios de prueba requieren ser materializados para demostrar
sus respectivas alegaciones, pudiendo verificar la idoneidad cualitativa y/o
cuantitativa de los mismos, a fin de evitar su sobreabundancia y asegurar la
eficacia respecto del objeto de la controversia o la necesidad de que sean
promovidos otros. En tal sentido, ordenará la preparación de los medios de
prueba que requieren materialización previa a la audiencia de juicio,
convocando a las Partes para los actos que se señalen.
Si la Parte demandante o la Parte
demandada no comparecen sin causa justificada a la fase de sustanciación de la
Audiencia Preliminar se continuará con ésta hasta cumplir con su finalidad. En
caso de que ambas Partes no comparezcan se terminará el proceso mediante
sentencia oral. Sin embargo, se continuará con la Audiencia Preliminar en los
procedimientos en que el juez o jueza debe impulsarlo de oficio para proteger
los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes o, en aquellos
casos en los cuales a su criterio existan elementos de convicción suficientes
para proseguirlo.
La ley de Reforma Parcial de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes establece que la
audiencia de juicio se realizará el día y hora que se fije por Auto Expreso,
dentro de un plazo no menor de diez días hábiles ni mayor de veinte días
hábiles siguientes a aquél en que conste en Autos la conclusión de la Audiencia
Preliminar. La Audiencia de Juicio es pública, salvo las excepciones previstas
en la Ley y, la preside y dirige el juez o jueza de juicio.
En la Audiencia de Juicio las Partes
expondrán sus alegatos Seguidamente se evacuarán las pruebas permitiendo a la
Parte contraria un tiempo para sus observaciones luego de evacuar cada prueba.
Inmediatamente después, se oirán las conclusiones de las Partes. En todo caso,
el juez o jueza de juicio podrá ordenar la evacuación de cualquier otra prueba
que considere necesaria para el mejor esclarecimiento de la verdad. De seguidas
se oirá la opinión del niño, niña o adolescente, pudiendo solicitarse para ello
los servicios auxiliares del equipo multidisciplinario del Tribunal,
finalmente, el juez o jueza de juicio se retirará de la audiencia por un tiempo
que no excederá de sesenta minutos, para pronunciar su sentencia oralmente,
reduciendo de inmediato su dispositiva a forma escrita. En casos excepcionales,
el juez o jueza de juicio podrá diferir, por una sola vez, la oportunidad para
dictar sentencia, por un lapso no mayor de cinco días hábiles. Dentro del lapso
de cinco días hábiles siguientes al pronunciamiento oral de la sentencia, el
juez o jueza de juicio deberá publicar la sentencia.
En los procedimientos relativos a
responsabilidad de crianza, obligación de manutención y régimen de convivencia
familiar será obligatoria la presencia personal de las Partes. Si las Partes
demandante o demandada no comparecen sin causa justificada a la Audiencia de
Juicio se continuará con ésta hasta cumplir con su finalidad. Si ambas Partes
no comparecen, el juez o jueza de juicio fijará una nueva oportunidad para
celebrar la audiencia de juicio, designando los defensores que sean necesarios,
sin embargo, si está presente el Ministerio Público se continuará con la
audiencia en los procedimientos en que el juez o jueza debe impulsarlo de
oficio para proteger los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes
o, cuando a su criterio existan elementos de convicción suficientes para
proseguir el proceso.
El régimen de recursos también ha
sido reformado. En primer lugar, se prevé como regla general que se admite
apelación, en ambos efectos, sólo contra la decisión definitiva o
interlocutoria que ponga fin al proceso, por lo tanto, el resto de las
interlocutoras no tienen apelación autónoma e inmediata sino diferida o
reservada y, por lo tanto, quedan comprendidas en la apelación de la sentencia
que pone fin al juicio. Si la sentencia es sobre acción de protección,
colocación familiar y en entidades de atención, responsabilidad de crianza,
obligación de manutención y régimen de convivencia familiar, se admitirá
apelación únicamente en el efecto devolutivo. Podrán apelar las partes, siempre
que no se hubiere concedido todo cuanto hubieren podido, el Ministerio Público,
la Defensoría del Pueblo y quienes tengan interés directo e inmediato en la
materia del juicio.
La Ley de Reforma Parcial de la ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes establece que la
apelación se interpondrá en forma escrita ante el juez o jueza que dictó la
sentencia dentro de los cinco días hábiles siguientes a la publicación de la
sentencia en forma escrita, el cual lo admitirá o negará el día siguiente al
vencimiento de aquel lapso. Al quinto día siguiente al recibo del expediente,
el juez o jueza superior fijará, por auto expreso y aviso en la cartelera del
despacho, el día y la hora de la celebración de la audiencia de apelación,
dentro de un lapso no menor de diez días hábiles ni mayor a quince días
hábiles, contados a partir de dicha determinación. La parte recurrente tendrá
un lapso de cinco días hábiles contados a partir del auto de fijación, para
presentar un escrito fundado, en el cual expresará concreta y razonadamente
cada motivo y lo que pretende. Transcurrido este lapso, si se ha consignado el
escrito de fundamentación, la contraparte podrá, dentro de los cinco días
hábiles siguientes, consignar por escrito los argumentos que a su juicio
contradigan los alegatos de la parte recurrente.
En el día y la hora señalados por el
juez o jueza superior para la realización de la audiencia, se producirá la
vista de la causa bajo la suprema y personal dirección del tribunal, en donde
las partes deberán formular sus alegatos y defensas oralmente, de manera
pública y contradictoria. En el supuesto que no compareciere a dicha audiencia
la parte apelante, se declarará perecida la apelación y el expediente será
remitido al juez o jueza de sustanciación y mediación. En caso que no
comparezca la otra parte se continuará con la celebración de la audiencia.
Concluido el debate oral, el juez o
jueza superior se retirará de la audiencia por un tiempo que no será mayor de
sesenta minutos. Concluido dicho lapso, deberá pronunciar su fallo en forma
oral, debiendo reproducir en todo caso, de manera sucinta y breve la sentencia,
dentro de los cinco días hábiles siguientes, sin formalismos innecesarios
dejando expresa constancia de su publicación. A los efectos del ejercicio de
los recursos a que hubiere lugar, se dejará transcurrir íntegramente dicho
lapso. En casos excepcionales, por la complejidad del asunto debatido o por
caso fortuito o de fuerza mayor, se podrá diferir por una sola vez la
oportunidad para dictar la sentencia, por un lapso no mayor de cinco días
hábiles, después de concluido el debate oral. En todo caso, se debe determinar
por auto expreso la fecha para la cual ha diferido el acto para sentenciar, a
los fines de la comparecencia obligatoria del apelante.
La reforma establece que se puede
proponer recurso de casación contra: las sentencias de última instancia que
pongan fin a los juicos en materia patrimonial, cuyo interés principal exceda
de cien salarios mínimos; y, las sentencias de última instancia que pongan fin
a los juicios en materia de estados familiares, capacidad de las personas y
establecimiento de un nuevo acto del estado civil. Así mismo, prevé que no se
puede interponer recurso de casación cuando se trate de pretensiones relativas
a responsabilidad de crianza, obligación de manutención y régimen de
convivencia familiar, acciones de protección, colocación familiar y en
entidades de atención e infracciones a la protección debida. Los motivos de
casación se han simplificado al máximo con la intención de facilitar su
ejercicio, para que la parte recurrente pueda obtener una decisión sobre el
mérito del recurso y que la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia no los deseche por falta de técnica, aplicando de ser necesario el
principio iura novit curia, "el juez conoce el derecho", así el
recurso de casación será declarado con lugar cuando se haya incurrido en una
infracción de norma jurídica o de una máxima de ex ponencia. En estos casos, la
infracción tiene que haber vulnerado los derechos constitucionales que rigen la
actividad jurisdiccional, contenidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela o en tratados internacionales, suscritos y ratificados
por la República, o haber sido determinante de lo dispositivo en la sentencia.
Ahora bien, el Tribunal Supremo de
Justicia en Sala de Casación Social hubiere detectado al decidir el recurso
alguna infracción, se debe abstener de conocer las otras denuncias de
infracción formuladas, y debe decretar la nulidad y reposición de la causa al
estado que considere necesario para restablecer el orden jurídico infringido,
siempre que dicha reposición sea útil; o debe casar el fallo y decidir el fondo
de la controversia, extendiéndose al establecimiento y apreciación de los
hechos que hayan efectuado los tribunales de instancia, sin posibilidad de
reenvío, poniendo fin a la controversia. La Ley de Reforma Parcial de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescente también contempla el
recurso de control de la legalidad ante la Sala de Casación Social del Tribunal
Supremo de Justicia, para conocer de aquellos fallos emanados de los jueces o
juezas superiores, que aun y cuando no fueran recurribles en casación, sin
embargo, violenten o amenacen con violentar las normas de orden público o
cuando la sentencia recurrida sea contraria a la reiterada doctrina
jurisprudencial de dicha Sala de Casación y el recurso de interpretación acerca
de las dudas que surjan en cuanto a la aplicación e interpretación de las
normas jurídicas contenidas en la presente Ley, siempre que el recurrente
indique la conexidad entre el recurso intentado y un caso concreto.
1.3.5. Del procedimiento para asuntos
de jurisdicción voluntaria.
La Ley de Reforma Parcial de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes establece un
procedimiento para tramitar todos los asuntos de jurisdicción voluntaria, entre
ellos los previstos en el parágrafo segundo del artículo 177 de la Ley. En este
procedimiento sólo se celebrará una audiencia, la cual se regirá por lo
previsto para la audiencia preliminar en el procedimiento ordinario para
asuntos contenciosos, contemplado en el Capítulo IV del Título IV de la Ley.
Sin embargo, el juez o jueza de mediación y sustanciación será el competente
para evacuar las pruebas y dictar su pronunciamiento sobre lo solicitado.
La audiencia se realizará el día y
hora fijados por auto expreso, dentro de un plazo no menor de cinco días
hábiles ni mayor de diez días hábiles siguientes a aquél en que conste en auto
la notificación correspondiente o, en caso de no ser necesaria la notificación
de persona alguna, a partir del día de admisión de la solicitud. La reforma
prevé que una vez concluida la evacuación de las pruebas en la audiencia, el
juez o jueza de mediación y sustanciación se retirará por un tiempo que no
excederá de sesenta minutos y, pronunciará su determinación oralmente,
expresando su dispositivo y una síntesis precisa y lacónica de los motivos de
hecho y de derecho, la cual reducirá de inmediato, en cuanto a su dispositiva,
a forma escrita. En casos excepcionales, por la complejidad del asunto
debatido, por causas ajenas a su voluntad o de fuerza mayor, el juez o jueza
podrá diferir, por una sola vez, la oportunidad para dictar su pronunciamiento,
por un lapso no mayor de cinco días hábiles, después de evacuadas las pruebas.
Dentro del lapso de cinco días hábiles siguientes al pronunciamiento oral de la
sentencia, el juez o jueza deberá en su publicación reproducir su
pronunciamiento completo, el cual se agregará a las actas, dejando constancia
el secretario, del día y hora de la consignación.
Se prevé que si el solicitante no
comparece personalmente o mediante apoderados sin causa justificada a la
audiencia se considerará desistido el procedimiento, terminando el proceso
mediante sentencia oral que se reducirá en un acta y deberá publicarse en el
mismo día. Este desistimiento extingue la instancia, pero el demandante no
podrá volver a presentar su solicitud antes que transcurra un mes. Por el
contrario, si las personas notificadas en el procedimiento no comparecen sin
causa justificada a la audiencia se continuará con ésta hasta cumplir con su
finalidad
1.3.6.- Del procedimiento de
adopción.
Aun cuando las propuestas de reformas
en materia de adopción son fundamentalmente de naturaleza procesal, resultó
indispensable introducir ciertas modificaciones en algunas disposiciones que
regulan aspectos sustantivos de la misma. La motivación para ello es diversa, y
va desde la conveniencia de reubicar en una sola disposición aspectos muy
vinculados entre sí, como es el caso del artículo 406 de la Ley de 1998 al cual
se incorpora el concepto de adopción internacional que estaba previsto en su
artículo 443, hasta la necesidad de adecuar el texto de algunas normas a
previsiones constitucionales, entre ellas los artículos 56 y 77 de la Carta
Magna.
La reforma permite aclarar algunas
dudas, imprecisiones y hasta contradicciones, como es el caso del artículo 407
de la Ley de 1998 en el cual se exige, para la adopción nacional, que los
solicitantes tengan residencia habitual por más de un año en el territorio
venezolano, sin importar su nacionalidad. Dicha solución modifica
sustancialmente el contenido de la parte final del párrafo primero del artículo
443 ejusdem, armonizándolo con los artículos 16, 25 y 11 de la Ley de Derecho
Internacional Privado. Se reconoce a quienes formen parte de una unión estable
de hecho, la posibilidad de adoptar en forma conjunta, tal y como lo establecen
los artículos 411, 494 y 502. Las modificaciones del artículo 416 de la Ley de
1998 son consecuencia de la reforma procesal ya que, dada la importancia que le
confieren los artículos 493-A, 493-C, 493-E y 493-F, a la determinación de la
adoptabilidad del niño, niña o adolescente a ser adoptado, se prevé que el
consentimiento de quienes ejerzan la patria potestad sobre el respectivo niño,
niña o adolescente, sea dado ante la correspondiente oficina de adopciones. En
tal sentido, se estimó que las oficinas de adopción están mejor equipadas que
los Tribunales para cumplir con todo lo relativo al asesoramiento que debe
darse a estos progenitores. De todas maneras, el juez o jueza tendrá siempre la
posibilidad de revisar lo actuado por la respectiva oficina de adopciones,
antes de dictar el auto declarando la adoptabilidad biopsicosocial legal de
quien va a ser adoptado. El mismo artículo 416 de la reforma da facilidades
para que los hijos e hijas de los solicitantes de la adopción, que se
encuentren fuera del país, puedan opinar al respecto sin que tengan que viajar
al territorio nacional, siempre que dicha opinión se incorpore de manera
auténtica y oportuna al respectivo expediente. En materia de seguimiento del
periodo de prueba, el artículo 422 de la reforma subsana el vacío que existe en
cuanto a las adopciones internacionales, estableciéndose, además, el número
mínimo de evaluaciones a realizarse. El artículo concuerda con lo dispuesto en
el artículo 493-0 de la presente ley y, en su última parte, se reubica el
contenido del artículo 449 de la Ley de 1998, atribuyendo responsabilidades en
cuanto a la realización del seguimiento de las adopciones internacionales,
cuando la República Bolivariana de Venezuela sea país de origen a los organismos
públicos o instituciones extranjeras que presenten la respectiva solicitud de
adopción y, cuando sea país receptor a la oficina de adopciones del Consejo
Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.
Se reforma el artículo 429 de la Ley de
1998 con un doble objeto: primero, adecuar su contenido al artículo 56 de la
Constitución, armonizándolo con el carácter confidencial de los informes
previstos en los artículos 420 y 421 de dicha Ley, y el de los expedientes de
adopción y, segundo, no dejar dudas acerca de que dichos expedientes deben
permanecer archivados en el Tribunal que decida lo relativo a la adopción. La
misma norma reconoce al Ministerio Público acceso ilimitado a los contenidos de
los expedientes de adopción. En cuanto a la reforma procesal de la adopción, la
necesidad de un procedimiento especial en la materia fue uno de los aspectos en
que hubo un total consenso por parte de todos los sectores y organizaciones que
participaron en la consulta realizada por la Comisión de Fortalecimiento de la
Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente de la Sala Social del
Tribunal Supremo de Justicia. También hubo consenso en la imposibilidad de
aplicar, en esta materia, medios alternativos de resolución de conflictos, no
sólo por la rigurosidad con la que debe constatarse el cumplimiento de los
requisitos establecidos por la ley para la procedencia de la adopción, sino
también, porque la intervención del juez o jueza debe minimizar los riesgos de
que se separe indebidamente a un niño, niña o adolescente de su familia de
origen, y se lo considere idóneo para la adopción, no siéndolo. El artículo 470
de la Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes establece tal improcedencia.
Como aspectos generales del
procedimiento de adopción es oportuno señalar los siguientes: 1) comprende dos
fases perfectamente delimitadas: la administrativa y la judicial. La fase
administrativa está a cargo, fundamentalmente, de las oficinas de adopciones;
no obstante, en dicha fase participa también el juez o jueza de mediación y
sustanciación del Tribunal de Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes. 2)
El articulado que desarrolla la fase administrativa es totalmente nuevo y
comprende desde el artículo 493-A hasta el 493-R de la Ley de Reforma. 3) El
procedimiento regula en paralelo tanto lo relativo a la adopción nacional, como
a la internacional, diferenciándose, en esta ultima, cuando la República
Bolivariana de Venezuela es país de origen y cuando es país de recepción.
A continuación, aludiremos a algunos
aspectos particulares de dicho procedimiento. Dada la diferencia que existe
entre ambos tipos de adopción, los pasos a seguir para dar inicio a la fase
administrativa de las adopciones nacionales están previstos en el artículo
493-A de la reforma, mientras que su artículo 493-B se ocupa de la adopción
internacional. En efecto, en los casos de adopciones nacionales, tanto el niño,
niña o adolescente a ser adoptado, como los solicitantes de la adopción deben
tener residencia habitual en el territorio nacional, independientemente de su
nacionalidad; mientras que la adopción internacional presupone que ambas partes
estén residenciados habitualmente en distintos países. Si el niño o adolescente
a ser adoptado tiene su residencia habitual en la República Bolivariana de
Venezuela y los solicitantes la tienen en otro país, Venezuela será país de
origen de la adopción Si los solicitantes tienen su residencia habitual en el
territorio nacional y el niño o adolescente a ser adoptado la tiene en otro
país, Venezuela será país de recepción de la adopción. El artículo 493-A de la
reforma prevé que la adopción nacional puede comenzar de tres maneras, según la
persona o personas que realicen las correspondientes actuaciones. Cuando sea un
progenitor o progenitores que desean dar su hijo o hija en adopción, no se
permite que éstos escojan los adoptantes, ya que eso propicia las llamadas
entregas directas, que tanto han contribuido con el tráfico de personas. Dichos
adoptantes deben ser previamente seleccionados por una oficina de adopciones,
de acuerdo con el procedimiento previsto en la reforma.
El artículo 493-C de la Ley de
Reforma Parcial de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes dispone la obligatoriedad del asesoramiento para los progenitores
que deseen dar un hijo o hija en adopción, con ello se trata de cumplir con el
artículo 75 de la Constitución que privilegia la permanencia de los niños,
niñas y adolescentes con su familia de origen. Por esto, la norma fomenta la
participación ciudadana para evitar que aquellos progenitores que se dispongan
a tomar una decisión tan importante como lo es entregar un hijo menor de edad a
cualquier persona, tengan la oportunidad de recibir ayuda de profesionales
expertos que les expliquen ampliamente las efectos, de toda índole, pero sobre
todo legales, que produce la adopción, entre ellos, la extinción de pleno
derecho de la patria potestad, de acuerdo con lo previsto en la letra E del
artículo 356 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes.
Todo lo relativo a la determinación
de la adoptabillidad de los niños, niñas y adolescentes esta cuidadosamente
regulado en los artículos 493-D al 493-f de la reforma, en los cuales se compromete
la responsabilidad de funcionarios judiciales y administrativos, así como de
entidades de atención y responsables de programas.
El emparentamiento técnico prevista
en el artículo 494-G es una de las figuras más importantes del procedimiento de
adopción, por cuanto, hasta la fecha, no había previsión legal alguna que
regulara lo relativo a cómo se produce la aproximación inicial entre un niño,
niña o adolescente que puede ser adoptado, y el o los sujetos interesados en
adoptarlo. Lo determinante para realizar la selección de dichos sujetos es que
hayan sido evaluados conforme lo previsto en los artículos 493-J y 493-L, a fin
de que se les pueda considerar idóneos para adoptar y resulten adecuados a las
necesidades y características de un determinado niño, niña o adolescente. Es
oportuno señalar que, en relación con lo previsto en el artículo 493-M,
referido a la selección para el emparentamiento, debe tenerse presente que, en
ciertos casos y debido a las especiales características de un determinado niño,
niña o adolescente, podría resultar imposible o inviable encontrar estas tres
personas o parejas para realizar un emparentamiento técnico. Frente a esta
dificultad, la correspondiente oficina de adopciones debe informar de ello al
respectivo juez o jueza de mediación y sustanciación, para que sea quien decida
lo que corresponda, esto es, si en atención al interés superior de estos niños,
niñas o adolescentes, el emparentamiento se realizará teniendo en cuenta un
número menor de personas o parejas idóneas. Ello concuerda con lo previsto en
la letra c) del artículo 493-A.
Conviene destacar que aun cuando
parezca que, conforme el artículo 493-N de la Ley de Reforma Parcial de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, es el Juez o jueza
quien tiene la facultad para tomar la decisión final acerca de la persona o
pareja que considera más conveniente a los intereses y características del
niño, niña o adolescente a ser adoptado, en realidad se trata de una decisión
compartida, ya que la misma se basa en la documentación que le suministra la
oficina de adopciones que lleva el caso, y en los resultados de la entrevista
en la que ambos participan. En las adopciones internacionales el
emparentamiento técnico variará según la República Bolivariana de Venezuela sea
país de origen o país receptor de la adopción, ya que las autoridades
competentes para recibir las correspondientes solicitudes de los interesados y
la determinación de su idoneidad son distintas en cada caso (artículo 493-K y
segundo párrafo del493-L). La especialidad que el procedimiento incorpora para
tales supuestos, está prevista en el segundo y tercer párrafos del artículo
493-M.
El artículo 493-I de la reforma trata
de resolver el problema de los niños, niñas y adolescentes que no puedan ser
adoptados en el estado donde residen. Para ello fija un plazo no mayor de tres
meses para que la respectiva oficina de adopciones pueda emparentarlos con la
persona o pareja idónea para su adopción. Concluido este plazo, dichas oficinas
intercambiarán, cada tres meses, información relativa a aquellos niños, niñas y
adolescentes que no han sido emparentados en el estado correspondiente. Sólo
cuando se cumpla con la búsqueda en todo el territorio nacional de personas o
parejas idóneas para emparentarlas con los mencionados niños, niñas y
adolescentes, dentro de los plazos ya señalados, es cuando se considerará la
posibilidad de una adopción internacional.
Concluido exitosamente el
emparentamiento personal previsto en el artículo 493-N, comienza el periodo de
prueba en cuya regulación se incorporaron las distinciones propias de la
adopción nacional y la internacional, y se inicia en este momento la fase judicial
de la adopción, conforme al artículo 493-R, para lo cual se presentará la
correspondiente solicitud de adopción ante el juez o jueza de mediación y
sustanciación que ha venido actuando durante la fase administrativa. La
conclusión del periodo de prueba y la incorporación al expediente de los
respectivos informes de seguimiento, y sus evaluaciones por la respectiva
oficina de adopciones, determinan la remisión de las actuaciones al juez o
jueza de Juicio, quien fijará la oportunidad de la audiencia de juicio para
decidir acerca de la adopción (artículos 496 a 500). En esta fase de juicio es
donde se manifiestan con mayor intensidad los principios del fortalecimiento de
la oralidad y del proceso por audiencias, aplicados al procedimiento de
adopción. Como novedades importantes a tener en cuenta una vez dictado el
decreto de adopción, encontramos lo relativo al recurso de interpretación,
además de los de apelación y casación (artículo 503), y lo obligación de los
funcionarios o funcionarias del Registro Civil en los casos de adopciones
internacionales, cuando el o los adoptantes tienen residencia habitual en otro
país, de tener por presentantes a la persona o personas que aparecen como
adoptantes en el respectivo decreto de adopción (artículo 504), Tal solución
obedece a que en la casi totalidad de estos casos, dichas personas no suelen
viajar a nuestro país sólo para realizar el correspondiente registro, lo cual
ocasiona frecuentes dificultades y retardos injustificados en la inscripción
del decreto de adopción de estos niños, niñas o adolescentes.
Finalmente, el artículo 508 de la Ley
de Reforma Parcial de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes (2007) incorpora ciertos cambios en el contenido de los artículos
438, 439, 440 y 441 de la Ley de 1998. El primero de ellos se refiere a la
fijación de los doce años de edad para que el adoptado pueda intentar
directamente la acción de nulidad. Se tuvo en cuenta que, a partir de este
momento, el adoptado es ya un adolescente y que a esa edad se toma en cuenta su
consentimiento para ser adoptado. El otro cambio se refiere al momento a partir
del cual comienza a contarse el término de un año para interponer la acción de
nulidad, ya que el mismo ahora podrá contarse, no sólo a partir de la fecha de
inscripción del respectivo decreto de adopción en el Registro Civil, sino
también a partir de la fecha en que se tenga conocimiento de que se violaron
disposiciones relativas a la capacidad, impedimentos o consentimientos o, de
que hubo error en el consentimiento sobre la identidad del adoptante o del
adoptado. Esta última solución tiene por objeto evitar que se lesione,
irremediablemente, el interés de las personas que pudiendo intentar la acción
de nulidad, no lo hacen dentro del año siguiente a la inscripción del
respectivo decreto en el Registro Civil, por desconocer, para ese momento, la
violación de una o más de dichas disposiciones, situación que las coloca en
estado de indefensión y beneficia sólo a quienes han trasgredido la ley.
2. Sistema Penal de Responsabilidad
de los y las Adolescentes
Al igual que la reforma planteada en
el año 2007, el legislador y legisladora, conjuntamente con las instituciones
públicas que han sido operadores del sistema de protección integral de niños,
niñas y adolescente unificaron criterios en suficientes mesas de debate, con el
objeto de adecuar el Sistema Penal de Responsabilidad del Adolescente, a los
preceptos constitucionales, visto que la reforma 2007, no abordó el área penal,
siendo imperiosa su revisión por cuento la norma contenía algunas debilidades,
inclusive, de orden inconstitucional, como ya hemos expresado en líneas
anteriores, el objetivo fundamental es el Fortalecimiento de Derechos y
Garantías, atendiendo a una política de intervención penal con carácter
esencialmente garantista, según la cual el Estado debe tratar a los las
adolescentes de manera acorde a su desarrollo evolutivo, con respecto a su
dignidad y con propósitos educativos, en armonía con la legislación
internacional, vale decir, la mencionada Convención sobre los Derechos del
Niño, así como las resoluciones contentivas de las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de Justicia de menores (Reglas de
Beijing), Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de menores privados
de libertad, y Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la
Delincuencia Juvenil (Directrices de Riyadh).
A los fines de adecuar el
ordenamiento jurídico a las necesidades de nuestro pueblo y en función de la
realización de una justicia social plena y efectiva, esta Reforma Parcial,
aporta importantes avances de índole procesal penal, fortaleciendo el principio
constitucional de corresponsabilidad Estado, Familia y Sociedad, Además,
desarrolla aspectos sustanciales con base a la experiencia de las instituciones
integrantes del Sistema de Justicia, para la ampliación de las garantías
penales y procesales.
La tipificación como delitos
autónomos del uso de niños, niñas o adolescentes para delinquir y la inclusión
de éstos en grupos criminales. Se pretende, con la inclusión de este nuevo
tipo, sancionar severamente a quienes, aprovechando a inimputabilidad de los
niños, niñas y adolescentes, se sirven de ellos en eventos criminales.
Desde esta perspectiva, esta Reforma
sobre el Sistema Penal de Responsabilidad de los y las Adolescentes, aborda los
siguientes aspectos:
• Se reforman los artículos 264 y 265
ya que los mismos tienen una referencia penal en cuanto a la inducción de
niños, niñas y adolescentes por parte de adultos a cometer delitos y a su
inclusión en grupos criminales, considerando que la pena debe ser elevada, en
virtud de que los niños, niñas y adolescentes son manejados y manipulados por
los adultos, acrecentando las estadísticas de los y las adolescentes en conflicto
con la Ley penal.
• Definición del Sistema Penal de
Responsabilidad de los y las adolescentes (artículo 526), en este particular se
incorpora la concepción de protección integral, a los fines de enfatizar que la
intervención penal en ese grupo etéreo es a fines educativos, de formación e
inclusión social.
• Se crea el artículo 526-A, la
incorporación de los medios, para el logro de los objetivos.
• Se incluyen otras instituciones
como integrantes del Sistema de Responsabilidad de los y las Adolescentes
(artículo 527), a los fines de fortalecer el Sistema, tales como:
• La Defensoría del Pueblo, en virtud
de que promueve, defiende y vigila los derechos humanos, de conformidad con sus
competencias constitucionales y legales.
• El ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de las comunas y protección social.
• El ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de relaciones interiores, Justicia y paz. • El
ministerio del Poder Popular con competencia en materia para el servicio
penitenciario.
• El ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de juventud.
• El ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de educación.
• El Servicio Autónomo de la Defensa
Pública especializada.
• Policía de investigación y
servicios de policías especializadas.
• Consejos comunales y demás formas
de organización popular.
• Las autoridades legítimas de los
pueblos y las comunidades indígenas, en los procesos en que sean partes los y
las adolescentes indígenas.
• Se eleva la edad de la
responsabilidad de doce a catorce años, a los fines de procurar que los
adolescentes menores de 14 años que incurran en un hecho punible sean objeto de
medidas de protección y no de sanción.
• Se condiciona la privación
preventiva de libertad y otras medidas cautelares (artículos 557, 558, 559,
560, 561, 564, 566, 581 y 582). La detención es una medida de último recurso de
duración limitada y aplicable sólo a casos excepcionales expresamente
establecidos en la Ley, en razón de ello, la reforma precisa los supuestos de
procedencia de la misma.
Se revisan y corrigen fallas en el
proceso penal que inciden en los derechos constitucionales de los adolescentes
sometidos a investigación. Se salvaguarda el derecho a la libertad suprimiendo
modalidades de detención que contravienen el artículo 44 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela. Ello implica, suprimir los artículos
584, 587, 652, 653 y 669; y modificar los artículos 585, 593, 604 y 608 de la
Ley, así como, precisar los supuestos de procedencia de la medida privativa de
libertad, en garantía del Derecho a la Libertad y el Debido Proceso de los y
las adolescentes.
• Se suprimió la medida cautelar de
caución económica, toda vez que ésta es un mecanismo de desigualdad,
discriminación y constituye una privación de libertad por deuda, si los o las
adolescentes no acreditan la caución exigida por el tribunal. • Fijación de
juicio (artículo 585);
• Aplicación de las medidas y
programas socioeducativos (artículos 620 al 623).
• Se suprimió la amonestación como
sanción.
• En atención a la competencia en
materia de Servicios Penitenciarios y, en especial, a la atención de los y las
adolescentes en conflicto con la Ley Penal, se eleva la sanción de privación de
libertad, con el objeto de cumplir los programas socioeducativos de los y las
adolescentes (artículo 628).
• Se reformuló el artículo 633, para
lograr un concepto sobre el objeto del Plan Individual.
• Plan Individual para la ejecución
de la sanción (artículo 633-A) siendo este el instrumento que permite la
evolución y desarrollo del o la adolescente en el cumplimiento de la sanción
privativa de libertad la reforma lo hace extensivo a todas las medidas
sancionatorias.
• Entidades de atención (artículos
634, 635, 636, 637 y 638), en este articulado se encuentran establecidas las
entidades de atención para la ejecución de la medida, su reglamento, sus
funciones, así como la capacitación del personal que labora, en dichas
entidades de atención, a través de la creación de una escuela de régimen
especial de atención al adolescente en conflicto con la ley penal.
• Igualmente se crearon los artículos
636-A, 636-B y 636-B (sic), relacionados con el acondicionamiento, seguridad
externa de las entidades de atención, así como los traslados y movilización de
los y las adolescentes.
• Se redimensionaron los objetivos de
las entidades de atención y las obligaciones de garantizar las condiciones
dignas durante la permanencia en las mismas de los y las adolescentes, e
incorporó a los programas socioeducativos y programas de rehabilitación para
adolescentes consumidores de alcohol u otras drogas. • Ejecución de medidas no
privativas de libertad (artículo 643), se modificó este artículo en virtud de
la sanción, por lo que los programas socioeducativos deben ser desarrollados
por organización pública o privada, abriendo la posibilidad de que los consejos
comunales puedan supervisar la sanción de servicio a la comunidad.
• La policía de investigación
(artículo 651); se incorporó esta propuesta implementar la especialización de
los cuerpos de investigación. Derogándose el artículo 652.
• Los y las Adolescentes Indígenas en
el Sistema Penal (artículos 527 y 550); Se propone incorporar a las autoridades
legítimas de los pueblos y comunidades indígenas, como integrantes del Sistema
Penal de Responsabilidad. Se fortalecen las garantías, en cuanto al uso de su
propio idioma, el respeto de su cultura y derechos individuales y colectivos en
todas las etapas e instancias del proceso.
Los aportes generados por esta
reforma parcial se inscriben nítidamente en los preceptos generales del Estado
Democrático y Social, de Derecho y de justicia que determina nuestra
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en un marco multidisciplinario
de análisis, estudio y debate con la participación de instituciones públicas y
movimientos sociales, que permitió que este proyecto se nutriera de
perspectivas que renuevan y mejoran las condiciones de los y las adolescente
que se encuentran en conflicto con la ley penal. Ello demanda, sin duda,
abandonar tendencias punitivas y represivas, para avanzar, en el marco de la
Doctrina de Protección Integral, a una justicia juvenil verdaderamente
restaurativa, garante de los derechos y promotora de una efectiva incorporación
a la ciudadanía activa de nuestros jóvenes. La aplicación del Sistema Penal de
Responsabilidad, debe estar orientado con una visión holística de protección al
adolescente en conflicto con la ley, a los fines de desarrollar dispositivos
que permitan fortalecer en él, valores de ciudadanía que contribuyan a su
efectiva inclusión social,
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